«La conversación es de dos», decía el lunes Juan Lobato para descartar la publicación de los mensajes que llevó ante notario. Al otro lado de esos whatsapp de mediados de marzo estaba Pilar Sánchez Acera, una importante fontanera tanto de Moncloa como de la federación socialista madrileña. Ahora, las dudas sobre la confidencialidad de la «documentación» adjuntada ha desatado una crisis total en el seno del PSOE a escasos días de su Congreso Federal. Lobato había r y descargado la responsabilidad sobre su interlocutora: «Vista la reacción de algunos miembros de mi partido parece como si se dudara de la veracidad de lo que se me dijo». Pero este mediodía Juan Lobato ha presentado su dimisión como líder del partido en la Comunidad de Madrid.
Pilar Sánchez Acera (Madrid, 1974) es una figura desconocida pero crucial para entender las dinámicas tanto en el socialismo regional como en su relación con el Gobierno de Pedro Sánchez. Lleva más de 25 años en la política activa y conoce a la perfección el funcionamiento del partido en la Comunidad de Madrid. Fue concejal de Alcobendas entre 1999 y 2007, cuando obtuvo escaño para la Asamblea en la VIII legislatura. Posteriormente repetiría en la X legislatura. En aquellos años creció orgánicamente y se convirtió en una persona fiable para el entonces líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, que llegó incluso a situarla como alternativa a Tomás Gómez en las primarias de 2012.
En los últimos dos años ha formado parte del amplio organigrama de Moncloa, siempre muy próxima a Óscar López, bien en su etapa como jefe de Gabinete de Pedro Sánchez -del cual ella era directora adjunta- como en los últimos meses a los mandos del ministerio de Transformación Digital -donde desarrolla la labor de jefa de Gabinete-. Un puesto, el institucional, que resulta de especial relevancia estos días. El lunes Lobato aseguró que en marzo intercambió mensajes con Sánchez Acera para preparar la sesión de control contra Isabel Díaz Ayuso como hacen habitualmente, ya que también es secretaria institucional del PSOE-M. El martes, no obstante, Lobato se desmarcó de ella al insinuar que podía haber mentido al aseverarle que la documentación que le pasó sobre el novio de Ayuso procedía de la prensa. De no ser así y ser una filtración de la Fiscalía sería «bastante grave», consideró Lobato en dirección a una persona de su máxima confianza hasta el estallido de esta crisis.
La declaración de Lobato ante el Tribunal Supremo del viernes a primera hora resultará determinante para conocer si el correo que recibió por parte de la mano derecha de Óscar López procedía de la prensa o no. El juez ha requerido al líder de los socialistas madrileños la copia del acta notarial, y en función de su declaración el foco podría pasar a posarse sobre su interlocutora.
No sería la primera vez que Sánchez Acera acapara titulares en los últimos meses. Este diario ya contó en septiembre que su hermano, ex alcalde de Alcobendas, había encontrado un nuevo acomodo profesional en una empresa pública dependiente del ministerio de Industria, con un sueldo de 123.000 euros anuales. Ahora sus apellidos se han hecho célebres.